Me llamo Adolfo Masanet y soy aficionado a la pintura.
No soy un pintor al uso, ni me considero un artista, ni tengo formación alguna, aunque mi afición por el arte viene de lejos, en los años 70 vivía en Paris y mi paseo favorito eran las galerías del Louvre, ello despertó mi interés por la pintura, y en los años 1977-1978 pinté algunas cosillas que hoy conservo todavía, después, por diferentes motivos, deje de pintar y me dedique a mi familia, al trabajo y a las artes marciales.
No fue hasta octubre de 2020 cuando, de nuevo, me entro el gusanillo. ¿Cómo ocurrió? Quería hacer un regalo a mi nieta y las restricciones por la pandemia del COVID me obligaron a entretenerme en casa, así que compré un kit de pintura, me puse manos a la obra y le pinté una cosita a mi nieta, como me sobró pintura, comencé a pintar.
Así se reactivó mi afición, para entretenerme, sin base y sin técnica alguna, solo pinto por dos motivos, para investigar hasta donde seré capaz de llegar y para “amueblar” el tiempo, tiempo que, al estar jubilado, se puede hacer larguísimo si no lo gestionas y lo empleas con alguna actividad que te resulte gratificante.
Poco a poco, voy aprendiendo y, espero, progresando.
¿A quien no le ha pasado? Mientras paseaba tuve que sortear a una persona para no tropezar con ella, estaba absorta en su teléfono móvil, apenas se percató de mi presencia, sin apenas mirarme, pasó de largo y continuó, la mirada perdida en la pantalla…
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@noblellop
Fundación Asprodes