Profesionalmente fui profesor de secundaria hasta el 2011. Mi vinculación con la fotografía comienza en la época que estudiaba bachillerato y con mayor o menor dedicación siempre estuve interesado en ella. Fue en el instituto donde me enganché definitivamente iniciando a los alumnos en asignaturas y talleres relacionados con ella.
Mi afición a la fotografía ha estado muy unida a mis viajes. Ella me ha llevado a visitar decenas de países de todos los continentes. Desde entonces he realizado exposiciones y sobre todo montajes audiovisuales pues me parece una forma más dinámica de mostrar las fotografías.
Me gusta pasear por las calles entre la gente o sentarme en un lugar transitado, con la cámara siempre dispuesta, observando a los que pasan, el ambiente. Pero sobre todo me encantan los mercados. Allí es fácil pasar desapercibido viendo el bullicio, los productos distintos a los nuestros o ya olvidados por nosotros.
No rechazo ningún tema pero tengo especial debilidad por el retrato y las escenas en las que las personas sean protagonistas. Prefiero fotografiar a la gente en su escenario, sin interferir pero no rechazo el retrato directo y constato la falsedad del tópico que hay que conocer al modelo para fotografiarlo mejor. Nadie ha mirado al objetivo de mi cámara como mujeres, hombres, niños o ancianos de Etiopía, Guatemala, China, India, Birmania, Vietnam y un sinfín de países que he tenido la suerte de visitar a los que no conocía de nada.
Obra:-: Niñas Karo en el río Omo
El sudeste asiático es mi destino favorito porque se unen todos los factores que me atraen en un viaje: gente, mercados, paisaje, clima, arte… pero Etiopía es un país increíble, sorprendente e inesperado que ha dejado una huella profunda en mí. Prueba de ello es el retrato de estas niñas de la etnia Karo que habitan junto al río Omo, tomada en 2011 en el sur de Etiopía
Técnica: Fotografía digital
Fundación Asprodes